Sobre mi
Esmeralda Armada
Mi carrera profesional
Mis primeros pasos profesionales estuvieron orientados a los trastornos de la conducta alimentaria (con formación práctica en unidades especializadas como la del Hospital Niño Jesús o la UTAM de Madrid). Fue durante 3.º de carrera, y en especial en contacto con las asignaturas del área infantojuvenil, cuando comprendí que mi lugar estaba ahí: en la infancia, donde todo empieza. Donde un pequeño cambio puede marcar una gran diferencia en el futuro.
Trabajar con niños y adolescentes me conecta con lo más auténtico: la espontaneidad, la creatividad, la ternura… y también con los retos. Porque cada niño y cada familia son únicos, y acompañarlos en su camino supone un ejercicio constante de escucha, adaptación y compromiso.
Tras años de experiencia en consulta, primero en una academia de refuerzo escolar (donde, además de abordar lo emocional, impulsé un área de enriquecimiento para niños con altas capacidades intelectuales) y después en un reconocido centro especializado en TDAH en Madrid, trabajando de manera multidisciplinar, decidí crear mi propio espacio. Un lugar con mi filosofía, mi mirada y ese sueño que me acompaña desde niña: ser la psicóloga que hubiera querido tener cerca y hacer la psicología que siempre quise hacer.
Además de mi labor en consulta, he participado como ponente en las Jornadas de Altas Capacidades y Psicología organizadas por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, y he colaborado con diferentes AMPAs ofreciendo charlas y talleres. También he escrito en algunos blogs.
Actualmente, atiendo en consulta presencial en Madrid y también ofrezco sesiones de psicología online, para adaptarme a las necesidades de cada familia, sin importar su ubicación.
En lo personal, me encanta leer, soy muy familiar y disfruto rodeándome de gente (¡en casa siempre hay sitio para uno más!). Adoro los juegos de mesa (tengo una buena colección) y, además de disfrutarlos en mi tiempo libre, también los uso con frecuencia como herramienta terapéutica en mis sesiones.
La experiencia que nos avala